Alvaro Lobato / El País
Por colapso se entiende el fracaso simultáneo de un
conjunto de funciones vitales que precipita el desencadenamiento de una crisis
sistémica de consecuencias, en muchas ocasiones, fatales.
Pues bien, eso es exactamente lo que, con toda
evidencia, está sucediendo en este país; una quiebra extendida y generalizada
de las instituciones fundamentales del Estado, una fractura irrecuperable de la
actual estructura territorial diseñada conforme al modelo constitucional de
1978, una acelerada desvertebración social que conduce directamente a la
pobreza a amplias capas de la población dependientes de las ayudas públicas, la
emergencia de un clima de efervescente agitación social que tiene su origen en
la frustración colectiva de las expectativas generadas.
No hay comentarios:
Publicar un comentario