El Centro de Estudios Económicos del Sector Privado (CEESP) aseguró que se requiere una reforma hacendaria integral para poder cumplir con las metas planteadas durante campaña presidencial del ahora presidente electo, Enrique Peña Nieto.
Cálculos del CEESP indican que los recursos necesarios representan cerca
de 7 puntos del PIB, recursos equivalentes a un presupuesto de egresos
casi 30% más alto del aprobado para 2012.
“En este contexto, la reforma debe contemplar los cambios necesarios en
materia tributaria, pero igualmente debe considerar ajustes importantes
en materia de una asignación eficiente de los recursos”, dijo.
De no llegar a ningún consenso en esta materia, las opciones viables
para obtener los recursos necesarios y cumplir con las obligaciones
gubernamentales se concentrarían en mecanismos como incrementos directos
en las tasas impositivas, reducción del gasto en inversión y ampliación
de la deuda pública.
El CEESP estimó que tales medidas podrían generar un ambiente poco
atractivo para la inversión y por ende inhibir el crecimiento de la
economía.
“El país requiere de una reforma fiscal integral, que por una parte
contemple un sistema tributario sencillo, eficiente y equitativo, que
tenga la capacidad de recaudar lo suficiente para dejar de depender de
los ingresos petroleros”, subrayó el Centro de Estudios Económicos del
Sector Privado.
En ese sentido, el CEESP se dijo a favor de una tasa única sobre el
valor agregado de las empresas que permitiría sustituir siete impuestos,
con lo que fortalecería los principios de sencillez, eficiencia, y
equidad.
Un aspecto que consideró fundamental en una reforma integral el CEESP,
es que el gasto público esté alineado con las necesidades del país; por
eso se deben revisar todos aquellos programas que no tienen un objetivo
claro y que en muchos casos resultan altamente regresivos, es decir, que
benefician a los que más recursos tienen.
De conjugarse una reforma tributaria que cumpla las condiciones
señaladas y la eficiencia al asignar los recursos, no habrá necesidad de
volver a utilizar el rubro de inversión como cuenta de ajuste del
presupuesto e incluso se convertiría en un detonador natural de la
inversión privada.
No obstante —precisó el Centro de Estudios del Sector Privado—, hay un
aspecto que algunos consideran una posible válvula de escape de no
logrerse una reforma hacendaria adecuada: la deuda pública.
“Esto implica un riesgo importante y no precisamente porque tengamos
problemas de endeudamiento, sino porque se convertiría en un elemento
que más que impulsar, inhibiría el crecimiento de la economía,
principalmente por el hecho de que generaría un efecto de crowding out”.
Dicho fenómeno, refiere a que en el momento en el que el Sector Público
obtuviese más dinero del mercado mediante la colocación de bonos, los
recursos disponibles para el sector privado se reducirían de manera
importante, con un consecuente aumento de las tasas de interés.
Ello limitaría la posibilidad de financiamiento y por ende de un
estímulo de la actividad productiva del país y de una mayor generación
de empleos y bienestar de las familias.
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