Amanda Mars-Madrid-El País
Lo que ha pasado en
España en los últimos años dista mucho de lo ocurrido en otros países: la
bonanza sirvió para acortar la desigualdad salarial y la crisis la ha disparado
con virulencia debido a que la destrucción de empleo se ha cebado en la parte
de media de la escala salarial, mientras que en la expansión a lomos del boom
inmobliario generó una enorme demanda de trabajadores jóvenes y de baja
formación, que ganaron en riqueza y estrecharon la distancia respecto al empleo
más cualificado. Los hombres han sufrido más fluctuaciones que las mujeres
porque estas han participado muchos menos en la ascensión y caída de la fiesta
del ladrillo.
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