Por Israel Reyes Gómez - El Economista
Iniciemos recordando los hechos históricos de la guerra del Opio en el siglo XIX y sus impactos geopolíticos en China.
La guerra del Opio sacudió China, dejando un legado de turbulencia y dominio geopolítico. Esta guerra, que se desarrolló entre 1839 y 1842, y nuevamente entre 1856 y 1860, fue desencadenada por el comercio desequilibrado de opio proveniente de la India Británica hacia China. Ante el aumento del consumo de opio en China, el gobierno chino intentó restringir su importación y consumo. Sin embargo, en respuesta a las medidas tomadas por China, los británicos emprendieron una respuesta militar, respaldada por otras potencias occidentales, para proteger sus intereses comerciales y asegurar el acceso al mercado chino.
Las consecuencias de la Guerra del Opio fueron profundas y duraderas. Bajo los términos del Tratado de Nankín en 1842, China se vio obligada a ceder Hong Kong a los británicos, abrir cinco puertos al comercio extranjero, otorgarles privilegios extraterritoriales y pagar una indemnización. Estos tratados desiguales marcaron el comienzo de un periodo en el que China perdió territorio, soberanía y control sobre su economía frente a las potencias extranjeras.
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