- El nuevo Consenso de Washington reconoce que vivimos un estancamiento económico, polarización política en muchas partes del mundo y una emergencia climática.
Guillermo Knochehauer - El Financiero
Los gobiernos occidentales —el de México entre ellos— han buscado desligarse del fracasado neoliberalismo y para poder hacerlo, centros de inteligencia académicos, sociales y oficiales de muchos países occidentales dedicaron esfuerzos a imaginar alternativas “viables”, es decir, que fueran convenientes a los grandes intereses corporativos.
Pues ya hay una versión del Nuevo Consenso de Washington; el original, de 1989, promovido por instituciones como el FMI, el Banco Mundial y el Tesoro de los Estados Unidos, era un conjunto de diez medidas que les fueron impuestas a los países afectados por la crisis de la década de 1980, y que en esencia buscaban, y consiguieron, minimizar las capacidades de intervención del Estado en el desarrollo, lo que significaba la privatización y desregulación de espacios económicos para que así “liberados” pudieran ocuparlos las corporaciones transnacionales.
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