domingo, 23 de julio de 2023

EL 23-J CONTIENE EL ASCENSO DE LA EXTREMA DERECHA EN EUROPA

  • Vox no ha logrado responder a las expectativas de sus socios internacionales y ha perdido buena parte de los 3,6 millones de votos que logró en 2019

Bernardo de Miguel - El País

 

El líder de Vox, Santiago Abascal, se fotografía con unas monjas en el colegio Cristo Rey, donde ha ejercido su derecho al voto este domingo. Foto: JAIME VILLANUEVA | Vídeo: EPV

Las primeras elecciones generales en España con sandalias, abanico, bermudas y pareo han supuesto un inesperado tropiezo para el ascenso de la extrema derecha en Europa. La participación, más elevada de lo previsto para unos comicios en medio de uno de los veranos más tórridos que se recuerdan, y la concentración del voto en los dos grandes partidos (PP y PSOE) ha demediado a Vox, que ha pasado de 52 escaños en 2019 a poco más 30. El pésimo resultado de la formación liderada por Santiago Abascal aleja la posibilidad de que un Gobierno de coalición PP-Vox incorpore a España al creciente grupo de países de la UE con un Gobierno liderado o compuesto con partidos de ultraderecha y euroescépticos. El mal trago del PP de Alberto Núñez Feijóo también puede obligar al PP europeo a evaluar el coste electoral de su acercamiento a fuerzas con dudoso pedigrí democrático.

Los líderes de la marea ultra, como la primera italiana, Georgia Meloni, el primer ministro polaco, Mateusz Morawiecki, o el primer ministro húngaro, Viktor Orbán, han apoyado públicamente la campaña de Vox para el 23-J, con la esperanza de que el cuarto país más poblado de la UE cayese de su lado. El giro hacia la extrema derecha de España daría a ese tipo de formaciones un enorme peso en el Consejo de la UE, con más del 35% de votos, el umbral que permite bloquear cualquier iniciativa de la Comisión Europea.

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