Bajo la lupa
Alfredo Jalife-Rahme - Periódico La Jornada
▲ El presidente de China, Xi Jinping, y Henry Kissinger, el pasado jueves en Pekín. Foto Afp
Algo muy fuerte está sucediendo para que a sus 100 años de edad, Henry Kissinger –¡quien ha visitado China más de 100 veces!– haya volado 11 mil 15 kilómetros de Nueva York a Pekín (¡casi 17 horas de vuelo!) para ser recibido por el mandarín Xi.
Ha sido impresionante la fila de funcionarios y megaempresarios (Elon Musk, Tim Cook, Bill Gates y James Dimon) de EU que han acudido en fechas recientes a Pekín.
Las visitas del secretario de Estado Antony Blinken y la secretaria del Tesoro Janet Yellen no fueron exitosas, y la de John Kerry, el zar del cambio climático, se traslapó extrañamente con la de Kissinger, recibido gratamente por Xi. La presencia de Kissinger en China indispuso a tres países de Indochina –Vietnam, Camboya y Laos– que sufren hasta ahora los estragos del lanzamiento de las bombas de racimo por la dupla Nixon/Kissinger y cuyo macabro tema ha sido resucitado por la lúgubre decisión de Biden de entregar tales armas prohibidas por 132 países a Ucrania para intentar cambiar lo que cada día más se asienta como una derrota militar del comediante jázaro (https://amzn.to/2MR0PfM) Zelenski y sus patrones de EU/OTAN (https://bit.ly/43DtXdd).
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