Alejandro Gómez Tames / El Financiero
México enfrenta uno de los riesgos fiscales más grandes de su
historia reciente: el permitir que la deuda pública aumente de un
plumazo en poco más de 1.6 billones de pesos si el Congreso autoriza que
el gobierno federal absorba los pasivos laborales de Pemex y de la
Comisión Federal de Electricidad (CFE), algo ya conocido como el
“Pemexproa”.
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