Álvaro Delgado
MEXICO, D.F. (Apro).- Nada ni nadie evitará que el gobernador panista
Rafael Moreno Valle lleve en el rostro, para siempre, el sello indeleble
del homicida.
Ni la derogación de la Ley Bala, que da permiso para matar.
Ni la destitución de funcionarios.
Ni su propia renuncia.
Ni su fracaso –o éxito– como aspirante presidencial.
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