Mariano Ruiz Funes / El Financiero
En las últimas dos zafras azucareras se registraron niveles productivos
sin precedentes: la superficie cosechada de caña fue de 780 mil
hectáreas, lo que implicó que en diez años se incorporaran más de 170
mil hectáreas adicionales a ese cultivo; la producción de caña alcanzó
casi 60 millones de toneladas, un incremento de 35 por ciento con
respecto a 2003; y la de azúcar 6.7 millones de toneladas en promedio,
37 por ciento más que en ese año. Además de condiciones climatológicas
favorables, de la utilización de mejores variedades de caña y de la
aplicación de tecnologías más modernas, como riego y mecanización en la
cosecha, esa evolución fue resultado de aumentos de los rendimientos
físicos en el campo, de 69.7 toneladas de caña por hectárea en 2003 a
75.6 en 2013, aunque todavía muy inferior a los promedios
internacionales, de más de 100 toneladas por hectárea.
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