El final de los monopolios petrolífero y eléctrico representa un hito reformista
Cuando el presidente Peña Nieto tomó las riendas de México acabando
2012, avanzó un programa reformista de gran calado, destinado a
modernizar el país y sacarlo de su marasmo económico. Para conseguir las
herramientas parlamentarias con las que sortear más de una década de
inoperancia legislativa, su Partido Revolucionario Institucional (PRI)
forjó con la oposición el denominado Pacto por México. Con altibajos y a
veces encendidas resistencias, ese vendaval de cambios (educación,
fiscalidad, telecomunicaciones) se viene abriendo paso.
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