sábado, 1 de diciembre de 2012

LENIDAD Y CORRUPCIÓN

Enrique Del Val Blanco / Excélsior 

El día de ayer terminaron 12 años de una terrible ineficiencia gubernamental. El PAN de plano no supo cómo gobernar en tantos años y por todos lados deja un reguero de situaciones explosivas que deberá resolver el nuevo gobierno.
Dentro de esta ineficiencia destacan los pobres resultados en la lucha contra la corrupción, ya que nunca fue un tema central de sus políticas. Varios de los diferentes secretarios nombrados para la Función Pública pensaron que era un mero trampolín para “cargos más importantes”. No se les puede acusar de ser partícipes de los hechos corruptos, pero sí de lenidad por no haber hecho su tarea como debían.
El gobierno que terminó el día de ayer se la pasó todo noviembre proponiendo acciones nuevas, inaugurando obras inconclusas e incluso asistiendo a eventos deportivos en otros países, sin tener el menor recato ante la investidura que tenían. Y el último secretario de la Función Pública también aportó su granito de arena a esta ineficiencia generalizada.
Hace una semana, muy orondo, declaró que no encontró irregularidades al investigar los trámites y permisos otorgados a la empresa Walmart en México para la apertura de sucursales. Textualmente dijo: “tuvimos que auditar a muchas secretarías y, hasta ahora, no hemos encontrado cosas relevantes como para dar una opinión fuerte en contra de Walmart”.
Verdaderamente sorprende la declaración de dicho secretario, ya sea por su cinismo o por su incapacidad para investigar un asunto que no era nada difícil, gracias a los datos aportados por varios medios de comunicación, principalmente el periódico The New York Times.
En su edición del 21 de abril del presente año, el diario citado publicó los resultados de una profunda investigación sobre la corrupción promovida por la empresa para obtener permisos para establecer tiendas en varios estados de la República.
Da nombres concretos de las personas que intervinieron, como es el caso del señor Sergio Cícero Zapata, que trabajaba en la empresa y quien declaró haber avisado a los abogados de la matriz cómo fue el soborno que se entregó, ya que él participó directamente en los hechos. También dio nombres de los gestores que utilizó y brindó los nombres de quienes habían recibido los cohechos por parte de las diversas instancias gubernamentales. El periódico tuvo a la mano decenas de documentos de la empresa que relatan los hechos. Se sabe que durante los años 2004 y 2005 el director de la empresa en México tenía pleno conocimiento de los mismos y, quizás gracias a ello, fue promovido a vicepresidente de la compañía en Estados Unidos. Como decimos en nuestro país, “sabía cómo hacerlo”.
Las autoridades norteamericanas están investigando a Walmart por posibles violaciones a la Ley de Prácticas Corruptas en el Extranjero, y la empresa ha proporcionado toda la información a dichas autoridades, reconociendo que sí hubo sobornos, pero sólo se trató de “casos discretos”. Seguramente, a pesar de haber sido casos discretos, serán sancionados, y severamente, más aún cuando este mes acaban de destapar más corrupción de la empresa en la India.
¡Cómo es posible que la autoridad mexicana se atreva a declarar que no encontró nada relevante y cierre el caso! Si tan sólo hubieran leído la nota del New York Times, habrían pedido la información que tienen las autoridades estadunidenses y habrían citado a declarar a todos los involucrados en nuestro país, cuyos nombres y apellidos están en la columna del periódico; no hubieran tenido la necesidad de investigar en varias secretarías de Estado. Es un claro caso de ineficiencia, que da pie a la decisión del nuevo gobierno de cerrar dicha secretaría, por la incapacidad de sus funcionarios a quienes también habría que aplicarles la ley.
En México no hace falta crear más leyes para el combate a la corrupción, lo único que se necesita es aplicar las disposiciones legales vigentes sin excepciones y éste sería otro país en esta materia.

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