lunes, 31 de diciembre de 2012

ESPAÑA DESPUES DE ESPAÑA S.A.

El patrón de la crisis, que pagamos los ciudadanos, se repite: un conjunto de agentes económicos
se endeuda al límite, maximiza beneficios y lo que después se demuestre inviable ya será un problema político
Emilio Trigueros / El País
Haré las reformas necesarias me cueste lo que me cueste. Haré lo que tenga que hacer aunque sea lo contrario de lo que dije. En tiempo de crisis hay que recortar; es lo que hay que hacer”. Desde mayo de 2010, llevamos asistiendo 30 meses, entre atónitos, indignados y hastiados, a un hilo continuo de declaraciones de los máximos responsables del país, con un claro mensaje conductor: no hay más remedio. El martilleo de solemnes declaraciones posibilistas nos recorta subliminalmente el derecho a pensar y entender, a discutir respuestas de fondo a preguntas fundamentales. Si era un proceso tan insostenible ¿cómo afluía a espuertas el dinero del boomeconómico? ¿A tapar qué agujeros va ahora destinado el dinero del rescate bancario?

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