Paul Krugman / El País
La mayor parte de los comentarios
económicos que se leen en la prensa se centran en el corto plazo: los efectos
del precipicio fiscal sobre la recuperación estadounidense, las tensiones a las
que se ve sometido el euro y el último intento de Japón de salir de la
deflación. Esta atención es comprensible, dado que una depresión mundial te
puede arruinar todo un día. Pero nuestros apuros actuales se acabarán con el
tiempo. ¿Qué sabemos de las perspectivas para una prosperidad a largo plazo?
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