Ixel Yutzil González | El
Universal
La inflación anual de los
alimentos registrada en México durante agosto, fue la segunda más alta de entre
los países de la Organización para la Cooperación y el Desarrollo Económico
(OCDE), a pesar que en la región, los precios de los alimentos se redujeron
respecto a julio.
La OCDE
informó que la inflación anualizada en el conjunto de los países miembros se
incrementó a 2% en agosto y la de alimentos, 2.1% anual.
En tanto
en México, la inflación general se situó en 4.6% a tasa anual en agosto y la
inflación de los alimentos repuntó 9% anual; ligeramente abajo que la de
Turquía, de 9.1% anual.
La
inflación de los energéticos creció 8.3% anual en el país; muy por encima del
alza en la OCDE, de 3.5% anual.
La
inflación general anualizada aumentó en Alemania, de 1.7% a 2.1% entre julio y
agosto; en Estados Unidos de 1.4% a 1.7%, en Francia de 1.9% a 2.1% y en Italia
de 3.1% a 3.2% anual en ese lapso. En toda la Eurozona la inflación anual se
elevó de 2.4% a 2.6% de julio a agosto.
La
inflación anual en México acumuló a agosto, tres meses consecutivos de alzas
por arriba del límite superior de la meta de Banco de México establecida en 3%
más/menos un punto porcentual.
Analistas
de Bank of America estimaron que la inflación continuará por arriba de 4%
durante el resto del año.
Expusieron
que las presiones sobre los precios están explicadas por choques de oferta como
la intensa sequía registrada en algunas regiones de México el año pasado, la
gripe aviar de Jalisco este año y dos fuertes depreciaciones del peso frente al
dólar en los últimos doce meses.
“En
consecuencia, las cotizaciones del huevo, el frijol, la tortilla y la carne
bovina aumentaron”, dijeron analistas.
Pronosticaron
choques adicionales de oferta en el mundo como la actual sequía en Estados
Unidos, que ha elevado los precios del maíz amarillo y afectará indirectamente
algunos precios en México durante los próximos meses.
Consideraron
probable que se implementen ajustes fiscales con la nueva administración en
México en los próximos 18 meses, “lo cual hemos identificado como el mayor
riesgo y podrían afectar a los precios a través del IVA o una reducción del
subsidio a los precios de la gasolina”.
No
obstante, los analistas consideraron que las proyecciones inflacionarias de
mediano plazo siguen estando bien ancladas, pese a los altos niveles actuales.
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