Alejandro Nadal / La Jornada
El Fondo Monetario
Internacional (FMI) concluyó su reunión anual en Tokio sin la
fastuosidad y protocolo que le gusta cultivar. Quizás le invadió algo de
modestia. Tiene razón. La verdad es que el FMI no parece tener idea de
lo que sucede en la economía mundial.
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