- El EZLN, a través de 800 organizaciones de apoyo y más de 1.000 personalidades de todo el mundo, acusa el auge de agresiones en su contra y convoca a una jornada internacional de protesta el 8 de junio ante la situación límite en el Estado
Integrantes del EZLN en la comunidad de Morelia (Chiapas) en abril de 2021. EDUARDO VERDUGO (AP)
Alejandro Santos Cid - México - El País
El 22 de mayo, las balas alcanzaron a Jorge López Santíz y, con él, al corazón del zapatismo. Era la culminación de un ataque paramilitar contra la comunidad Moisés Gandhi, parte del municipio autónomo Lucio Cabañas. Territorio del Ejército Zapatista de Liberación Nacional (EZLN). La agresión parece haber funcionado como un reactivo, una de tantas gotas que pueden colmar el vaso de la violencia que amenaza con desbordarse desde hace tiempo en Chiapas.
El zapatismo, tan reacio desde hace años a los pronunciamientos públicos, ha dicho basta. No a través, como acostumbra, de los comunicados del subcomandante Galeano —al que el mundo conoció el 1 de enero de 1994 con el nombre de subcomandante Marcos, el icónico rostro encapuchado que simboliza desde entonces al EZLN—. Esta vez lo ha hecho protegido y acolchado por una muralla de más de 800 organizaciones internacionales y más de 1.000 personalidades del mundo de la cultura, las artes y la política, que han convocado a una jornada de protesta internacional el 8 de junio. En México, consistirá en una manifestación entre el Ángel de la Independencia y el Zócalo capitalino, entre otras “acciones dislocadas”.
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