Carlos Ramírez - El Independiente
Los palos de ciego de la oposición en el escenario de la elección presidencial de 2024 se pueden resumir en dos casos concretos: la senadora expriista-exlopezobradorista-neopanista Lilly Téllez se lanzó al ruedo con su discurso de confrontación, pero se ahogó con su propuesta de una “derecha moderna”. Y la foxista Xóchitl Gálvez, con su bicicleta y su traje de botarga, repentinamente se colocó como pre-pre-precandidata presidencial opositora sólo porque apareció tocando la puerta de Palacio Nacional como Testigo de Jehová en busca de creyentes.
Mientras tanto, en otra pista de las muchas existentes, los tres dirigentes de los principales partidos de oposición –dos organizaciones con experiencia en el poder presidencial– están al cuarto para las 12 buscando con desesperación un método para seleccionar al candidato presidencial, cuando en lo oscurito ya se repartieron las nominaciones: gubernaturas de Estado de México y Coahuila para el PRI y Ciudad de México y la presidencial para el PAN.

No hay comentarios:
Publicar un comentario