- El auge de los independentismos es en parte producto de la globalización
La posibilidad de que Escocia vote sí a la independencia tiene perplejos
a los mercados financieros. Quizás nadie como David Folkerts-Landau,
economista jefe y consejero del Deutsche Bank, haya acertado a describir
esa confusión. El hecho de que alguien esté dispuesto a abandonar una
unión económica y política de tanto éxito como Reino Unido —una unión
que muchos en Europa buscan desesperadamente emular— para enfrentarse
solo a un mundo inseguro, geopolíticamente inestable y en un entorno
económico y financiero sumamente estresado, le resulta incomprensible.
Huelga añadir que esa perplejidad se extiende en mi caso a Cataluña.
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