Enrique Quintana / El Financiero
Hay dos ópticas para ver el futuro. Hay una filosofía que piensa que el futuro en cierta medida está predeterminado.
Por ejemplo, quienes suponen que hay un destino escrito (el dedo de
Dios lo escribió) o la vieja visión del materialismo histórico, que
consideraba que el devenir de la historia obedecía a leyes inmutables.
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