domingo, 28 de septiembre de 2014

LA SOCIEDAD OSTENTOSA

En 1955, los ricos de EE UU pagaban la mitad de su renta en impuestos. Hoy abonan menos de la quinta parte, lo que explica su extravagancia
Los progresistas hablan de circunstancias; los conservadores, de carácter.
Esta línea divisoria intelectual es más evidente cuando el tema es la persistencia de la pobreza en un país rico. Los progresistas aluden a los salarios reales y a la desaparición de puestos de trabajo que ofrecen remuneraciones de clase media, así como a la constante inseguridad que produce el no disponer de trabajo o activos fijos. Para los conservadores, sin embargo, todo se reduce a la falta de ahínco. El portavoz de la Cámara de Representantes, John Boehmer, afirma que la gente está convencida de que “realmente no tiene que trabajar”. Mitt Romney acusa a los estadounidenses con rentas bajas de no estar dispuestos a “asumir su responsabilidad personal”. E incluso después de declarar que en realidad los pobres no le interesan, el represenrante republicano Paul Ryan atribuye la persistencia de la pobreza a una falta de “hábitos productivos”.

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