domingo, 15 de junio de 2014

SIGNOS OMINOSOS

Luis Rubio / El Siglo de Torreón
¿Qué nos dice la más reciente reforma electoral sobre el futuro del país? Sin duda, fue un gran éxito que los legisladores de los tres partidos grandes hayan logrado resolver diferencias que parecían imposibles de zanjar. Sin embargo, el hecho de aprobar una legislación no implica que ésta constituya una mejoría sobre la existente o que su implementación vaya a mejorar la vida política (para qué hablar del bien-estar) de los mexicanos. La nueva legislación me recuerda al intercambio que Alicia (la del País de las Maravillas) sostiene con Cheshire, el gato: Alicia: "¿Podrías por favor decirme qué camino debo seguir de aquí?". El gato: "Eso depende fundamentalmente de hacia dónde quieres ir"; Alicia: "No me importa hacia dónde"; gato: "entonces no importa qué camino tomes"; Alicia: "... mientras vaya hacia algún lado"; gato: "Ah! Seguro lo lograrás mientras camines por suficiente tiempo". A diferencia de Alicia, a los mexicanos sí nos hace diferencia hacia dónde nos conducen los políticos y el camino que han escogido no augura nada bien.

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