David Colmenares / Eje Central
Perdón, pero no puedo escapar del
ambiente futbolero y hablaré del Mundial. Aun en la fiebre futbolera, en
la que todos estuvimos esperanzados en que ganaríamos a Holanda,
retornemos a la realidad, es evidente que el deporte profesional es
antes que nada un negocio, que es tal la cantidad de dinero que se
maneja que tienen profesionales a su servicio y que la programación de
los partidos y la selección de los árbitros no es accidental, ni
aleatoria. Los muchachos mexicanos jugaron muy bien, con espíritu de
triunfo, si tuvieron un descuido cuando faltaban tres minutos, pero el
penalti fue riguroso, cuando el árbitro portugués, ignoró faltas y
jugadas sucias de los holandeses. Estos últimos no merecían ganar, pero
así es la realidad. El partido lo vi por primera vez con mis tres hijos,
nieto y esposa.
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