León Bendesky / La Jornada
En cada ocasión en la
que se consideran las condiciones del funcionamiento del sistema
financiero mexicano es inevitable el señalamiento acerca de sus
limitaciones. Es insuficiente el crédito que llega a las empresas más
pequeñas y medianas; son altos los costos del crédito y, también, en
general de los servicios bancarios para los usuarios; la actividad
financiera es reducida en proporción con el producto generado, por
debajo de muchos países de la región; la mayor proporción del ahorro se
genera de manera forzosa y se utiliza primordialmente para financiar el
gobierno; hay una alta concentración en el sector en dos empresas y con
cinco bancos y los diversos instrumentos que controlan se alcanzan las
cuatro quintas partes de la cartera total de crédito.
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