Enrique Quintana / El Financiero
El Rey Juan Carlos se ganó su lugar en la historia. Fue un factor crucial para la modernización de España.
Cuando Franco lo designó para sucederlo, tal vez el dictador pensó en conservar el statu quo. No fue así.
Luego, cuando las fuerzas conservadoras se levantaron, el Rey dio su voto a la democracia y al progreso. Respaldó la vocación europea de España y prestigió por largo tiempo el rol de la monarquía.
Pero, era humano: flaqueó al final.
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