Alejandro Nadal / La Jornada
Uno de los cuentos de
hadas que los economistas leen antes de dormirse es el de los fondos
prestables y la tasa de interés. Les encanta por muchas razones. Tiene
ramificaciones hacia otras historietas fantásticas y eso les debe dar
una sensación de seguridad de que su mundo de ilusiones tiene
fundamentos sólidos. Lástima que una y otra vez su ensoñación se
interrumpe por el brutal ruido del mundo real.
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