La sanidad de Madrid y Asturias, movilizada en contra de la
privatización. Importante este matiz, porque generaliza el problema al modelo y
la gestión de los dos principales partidos mayoritarios españoles sobre el
asunto. La crisis económica, los recortes, la necesidad de adelgazar cuentas
públicas están poniendo todos los logros conseguidos bajo revisión. Al hablar
de sanidad, un derecho inquebrantable de las personas y recogido en nuestra
Constitución y en la de todos los países, conviene tener en cuenta aspectos
como: equidad, universalidad y calidad. Hasta el momento y en cuestión de
calidad, nuestra seguridad social está entre los países de mejor nota. Una y
otra vez se destacan por medios internacionales y agencias oficiales sus
bondades; es evidente que hay factores que mejorar, pero podemos sentirnos
satisfechos. España aparece como modelo en algunos aspectos: donación y
trasplante de órganos. En Madrid, con un documento aportado por el Gobierno
-como mínimo escaso en cuento a contenido y datos de análisis- plantea la
privatización. En el caso del hospital de La Princesa se nos dice que el asunto
está solucionado; sin embargo, los profesionales de la sanidad comentan que no
hay nada por escrito ni firmado. Asturias sufre algo muy parecido: no quiere en
ningún momento olvidar su situación, el paso de Madrid podría eclipsarles. Los
responsables políticos nos hablan de ineficacia o fracaso de la gestión. Ahora
bien, teniendo en cuenta que esto es su responsabilidad, nos descubren su
propia ineficiencia. Parece que nuestros responsables son incapaces de
gestionar asuntos de primera necesidad e interés para los ciudadanos.
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