El País
El poder adquisitivo de los salarios se reduce dramáticamente al compás
de las revisiones de los convenios y la continua subida de la inflación.
Pero la crisis y la perversa coincidencia entre salarios congelados y
precios que se disparan no solo reduce la riqueza en todos los órdenes:
su manejo acentúa un cada vez más desigual reparto. Este fenómeno
resulta muy preocupante, no solo en sí mismo; también porque es
susceptible de lastrar la futura recuperación económica. Y no es un
razonamiento teórico: está empíricamente demostrado que los países con
mayor capacidad de recuperación y que gozan de mayor bienestar, como los
escandinavos, son los que exhiben una mejor institucionalización de la
vida pública y una mayor cohesión entre los distintos sectores sociales.
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