Raúl Zibechi - Periódico La Jornada
La realidad no es como nos gustaría que sea, ni siquiera como lo fue décadas atrás. Desde que el capital declaró la guerra a los pueblos para apropiarse de los bienes comunes (agua, tierra, aire y todo lo vivo), convirtió a los estados-nación en el escudo de los poderosos, usando y abusando de los aparatos armados, legales e ilegales, para contener y disciplinar a los sectores populares.
Contra lo que sostiene buena parte de la izquierda, el neoliberalismo no es menos, sino más Estado. Si lo observamos en su conjunto, la militarización es la respuesta estructural del capital para proceder al despojo, controlar a los pueblos que lo resisten y alentar la acumulación violenta y depredadora. Es el Estado el que militariza los territorios donde habitan los pueblos; por tanto, sin esta demoledora presencia estatal no sería posible que el capital concretara sus fechorías.
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