Claudia Luna Palencia - Indicador Político
La realidad es que ni los republicanos se entienden entre ellos mismos. No hay una fuerza lo suficientemente cohesionada porque persiste un ala dentro del Congreso que es mucho más radical y se mueve dentro del espectro de la ultraderecha en el ala republicana.
Al californiano, Kevin McCarthy, le tomó quince intentos convencer a sus propios correligionarios republicanos (la parte más reacia formada por los miembros del Freedom Caucus) para que lo eligiesen presidente de la Cámara de Representantes, en sustitución de la demócrata, Nancy Pelosi.
McCarthy tiene la delicada tarea de gestionar la agenda legislativa y desahogar todos los temas relacionados con las iniciativas, leyes, las reuniones con los lobbies. Su cargo es tan relevante que es el segundo en la línea para la Presidencia después de la vicepresidenta, la demócrata, Kamala Harris.
Como speaker deberá tener mucha capacidad para aglutinar a su propio grupo considerando que una parte no lo quiere al frente: la BBC reveló que los legisladores republicanos, Matt Gaetz, por Florida y Mike Rogers, de Alabama, estuvieron a punto de llegar a las manos por sus discrepancias por McCarthy.
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