El ‘obradorismo’ sigue siendo más fuerte que cualquier otra organización política en Ciudad de México, pero es evidente que hubo un desplazamiento de votantes hacia las opciones de la oposición
Tomado de: Jorge Zepeda Patterson / El País
Las perspectivas de la izquierda para conservar la presidencia en las elecciones del próximo año son tan firmes, como inciertas las de mantener el control de la Ciudad de México, su bastión tradicional. Si bien toda la atención parecería concentrarse en la disputa por la silla presidencial, y por más que la oposición asuma que ninguna guerra está perdida antes de ser librada, el verdadero pulso entre obradorismo y oposición se dará en dos trincheras: la capital del país y el Congreso. Las perspectivas sobre este último tendrían que ser motivo de otro texto. Por ahora concentrémonos en la capital.
Para decirlo rápido, si en las elecciones intermedias de 2021 la elección de alcalde hubiese estado en juego, el resultado habría pendido de un hilo. Morena apenas consiguió el 38,7% de los votos, aunque con sus aliados sumó 48%. Los partidos de oposición PAN, PRI y PRD prácticamente empataron ese resultado con 47%. Movimiento Ciudadano habría hecho la diferencia con 3,5%. Estos números dejan aún mucho margen de maniobra al partido que se encuentra en el poder, al tratarse prácticamente de un empate técnico. Y por lo demás, no está claro que reacción tendría el votante del PRI o del PAN ante un candidato ajeno a su partido, en caso de ir a una campaña unidos.

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