- Cada nueva prueba sobre la trama rusa que rodea a Donald Trump resulta más aplastante que la anterior
El día que el vicepresidente de Estados Unidos, Mike Pence, reúna al secretario de Estado, Rex Tillerson, al de Seguridad Nacional, John Kelly, al de Defensa, James Mattis, y al del Tesoro, Steven Mnuchin, y decidan si Donald Trump está o no mentalmente capacitado para presidir el imperio del norte, todo habrá pasado.
No es que la gran pesadilla nacional haya terminado, como declaró enfáticamente Gerald Ford aquel 9 de agosto de 1974, después de la dimisión y la huida —en plan torero— de Richard Nixon en un helicóptero, sino que habrá acabado la etapa de un presidente que desconocía por completo las reglas del juego —las implícitas y las explícitas— que conducen a la Casa Blanca.
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