Orlando Delgado Selley / La Jornada
Durante semanas la
discusión económica nacional se centró en la torpeza del gobierno
federal al no reconocer que su pronóstico de crecimiento para 2014 de
3.9 era inalcanzable. Se perdió de vista lo fundamental: el planteo de
Hacienda no era lo que pensaban que podía crecer la economía, era la
meta a la que se comprometía el gobierno frente a los ciudadanos, el
Legislativo y los inversionistas extranjeros. Finalmente, el gobierno
federal redujo su meta a 2.7 por ciento anual, reconociendo su
incapacidad para actuar adecuando su política económica a las
circunstancias internas y externas.
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