- El autor de ‘Ciudad de Dios’ retrata las contradicciones del Brasil de hoy
- FOTOGALERÍA El juego omnipresente
- Paulo Lins / El País
Nadie está feliz en el país del fútbol. No hay familia que se quede
tranquila con la seguridad de un ser querido cuando está en la calle, o
incluso en casa, a cualquier hora del día. Los ricos viven en
urbanizaciones cercadas por guardas y circulan por las calles en coches
blindados y en permanente tensión. La clase media sabe que en cualquier
momento alguien de la familia, o un amigo, puede perder la vida en un
atraco. Pero la situación es incluso peor
para los pobres de las favelas y de las periferias, que pueden morir a
manos de delincuentes o de la policía, en uno de los países del mundo en
los que la policía mata a más negros entre 15 y 25 años, de acuerdo con
varias investigaciones realizadas a lo largo de los años.
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