martes, 3 de junio de 2014

EL RETRATO DEL PAÍS DEL FÚTBOL


Nadie está feliz en el país del fútbol. No hay familia que se quede tranquila con la seguridad de un ser querido cuando está en la calle, o incluso en casa, a cualquier hora del día. Los ricos viven en urbanizaciones cercadas por guardas y circulan por las calles en coches blindados y en permanente tensión. La clase media sabe que en cualquier momento alguien de la familia, o un amigo, puede perder la vida en un atraco. Pero la situación es incluso peor para los pobres de las favelas y de las periferias, que pueden morir a manos de delincuentes o de la policía, en uno de los países del mundo en los que la policía mata a más negros entre 15 y 25 años, de acuerdo con varias investigaciones realizadas a lo largo de los años.

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