- Trump, Milei, Geert Wilders y Boris Johnson tienen en común sus tendencias ultraconservadoras y sus peinados estrafalarios. ¿Es casualidad?
Raquel Peláez - El País
Cuenta Luigi Amara en su espléndida Historia descabellada de la peluca que Andy Warhol hizo girar toda su marca personal en torno a un corte de pelo que en realidad era un postizo. Aquel “haz de pelos platinados al estilo escobeta” se vendió por 10.800 dólares en una subasta de la casa Christie’s en 2006, convertido ya en artículo de consumo. No es baladí que el hombre que consagró su carrera artística a reflexionar sobre la fama pop tuviese tan claro que necesitaba convertir su pelo en un icono para serlo él mismo: es algo que parecen tener clarísimo los líderes extremistas del siglo XXI, el de las redes sociales, la fama atomizada y los liderazgos imprevisibles. El viernes, tras la victoria de Javier Milei en las elecciones presidenciales de Argentina y el ascenso al poder de Geert Wilders en Países Bajos, circulaban memes por internet señalando lo que empieza a ser una constante: el vínculo entre ultraderecha y peinados extraños. ¿Existe el vínculo? Y si existe, ¿cuál es su razón de ser?
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