Josè Reyez - Contralìnea
El abandono que crónicamente ha padecido el sistema penitenciario en regímenes priístas y panistas ha puesto en riesgo la seguridad de las cárceles y la gobernabilidad, pues grupos criminales detentan el poder al interior, advierte la antropóloga social Elena Azaola Garrido. Al tiempo, indica, se presentan actos de corrupción
Corrupción, segregación, control del crimen organizado, drogadicción, suicidios, fugas, homicidios, son algunos de los efectos que ha tenido el abandono histórico de las prisiones en México. “Todo ello ha venido a mostrar la fragilidad de las instituciones penitenciarias en su conjunto para hacerle frente a delitos cada vez más serios y complejos, que demandan competencias profesionales”, advierte la doctora en antropología social y psicoanalista Elena Azaola Garrido.
En entrevista, la experta señala que la crisis del sistema penitenciario nacional ha costado la vida de funcionarios y custodios, así como de internos. De estos últimos, indica, además de estar privados de su libertad en virtud de los procesos que enfrentan o las sentencias dictadas por el Poder Judicial, en los hechos, viven bajo el yugo de poderes extralegales, en referencia al llamado autogobierno que reina en algunas de las cárceles.
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