Lorenzo Meyer - Diario de Yucatán
Aunque de manera desigual, el cambio de régimen avanza en varios de los frentes donde chocan la 4a. Transformación (4T) y el viejo sistema. En la lucha por disminuir la enorme brecha entre ricos y pobres, en el castigo a la gran corrupción o en la neutralización de la violencia del crimen organizado, la 4T ha ganado poco terreno, pero mucho ha avanzado en el campo político-electoral. Y el indicador de ese cambio se tiene en la transformación del sistema de partidos y, sobre todo, en la disminución del papel y la posición del PRI en el mismo.
Tras funcionar sin interrupción por siete décadas, la simbiosis presidencia-PRI llegó a su fin con la elección del 2000, aunque no enteramente como se pudo ver en 2017 en las elecciones para gobernador en Estado de México. Entonces, el poder federal encabezado por un mexiquense, —Enrique Peña Nieto— volvió a volcar sus recursos en apoyo del candidato del PRI — Alfredo del Mazo Maza— y aunque oficialmente Del Mazo triunfó lo hizo con apenas el 33.56% de los votos.
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