Carlos M. Urzúa - El Universal
Debido a la caída de la economía mexicana en este año aciago, el Presidente López Obrador decidió no darle importancia a las cifras que provengan del sistema de cuentas nacionales. Dado que López Obrador piensa que, a pesar de la crisis, la población mexicana es muy feliz, ha instruido a su gobierno a que de aquí en adelante se ponga un especial énfasis en la medición del bienestar en el sentido más amplio del término.
Por fortuna como se detallará en esta columna, para el calculo de esos índices de bienestar no se tendrá que gastar más dinero de los contribuyentes levantando encuestas metodológicamente deficientes u organizando votaciones. Dos prestigiados organismos, el Programa de las Naciones Unidas para el Desarrollo (PNUD) y el Instituto de Geografía y Estadística (Inegi), pueden ayudar en es tarea.
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