domingo, 28 de junio de 2020

CONTRA "EL MARRO", OTRA VEZ FRACASA LA JUSTICIA

Ricardo Ravelo - Sin Embargo
El robo de combustibles –peyorativamente conocido como “huachicoleo”– se ha convertido en un negocio tan jugoso en México que atrajo a los cárteles de la droga y los ha enfrentado en guerras sin tregua, convirtiendo a territorios completos en verdaderos campos de batalla que rememoran, toda proporción guardada, la cruenta guerra del golfo Pérsico, donde los llamados “amos del petróleo” se disputaron a sangre y fuego el oro negro.
El robo de combustibles en México es una práctica vieja. De ese negocio, al principio operado sólo por funcionarios corruptos enquistados en Petróleos Mexicanos, se financiaban campañas políticas, por ejemplo; de la noche a la mañana, caciques y grupos de poder que ejercían controles regionales amasaron fortunas descomunales: compraron ranchos fastuosos, ganado de alto registro, caballos pura sangre, vehículos de lujo, por decir lo menos. El negocio era manejado desde la Presidencia de la República.

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