miércoles, 17 de julio de 2013

EL Z-40, CAPTURADO, Y VIVO

Raymundo Riva Palacio / Eje Central
Dos hechos, ocultos tras la realidad, son los más notables en la captura del jefe de Los Zetas, Miguel Ángel Treviño Morales, la madrugada del miércoles. El primero, que los comandos de la Marina no lo ejecutaran, como era su procedimiento en el sexenio pasado contra los capos del narcotráfico; el segundo, por la forma como lo cazaron al suroeste de Nuevo Laredo donde había ido a ver a su hijo recién nacido, la traición de quien en su organización le entregó a los militares por dónde y a qué hora lo podían encontrar.

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