La semana pasada
el Departamento de Energía de Estados Unidos dio un
espaldarazo al cabildo del combustible fósil, al presentar un estudio
preliminar que descarta la contaminación de los mantos freáticos a consecuencia
de los químicos que se utilizan en el fracking o fractura hidráulica, la
novedosa técnica empleada para extraer gas y petróleo de la roca (esquisto) en
el subsuelo, responsable del auge energético que disfruta el país.
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