Por: Irasema Andrés Dagnini - El Economista
En un cierre de año marcado por cifras económicas negativas y señales mixtas, los dos bancos centrales más relevantes para México –el Banco de México (Banxico) y la Reserva Federal de Estados Unidos (Fed)– afinan su postura entre una inflación que no cede del todo y una actividad económica que se enfría. Las decisiones que tomen en diciembre marcarán el pulso de las tasas en 2026 y el ánimo de los mercados.
Se espera que el Banco de México anuncie un recorte de 25 puntos base sobre la Tasa Objetivo en la última reunión de política monetaria del año, para ubicar la tasa de referencia en 7.0%. El ajuste considera que la inflación mantendrá una tendencia descendente hacia el objetivo de 3% +/- un punto porcentual en los siguientes 12 meses. El último movimiento hacia 7.25% sugiere continuidad del ciclo de bajadas, aunque de manera más gradual, reforzado por la debilidad del PIB y la incertidumbre externa.
Durante 2025, Banxico realizó cuatro recortes consecutivos de enero a junio (200 pb), llevando la tasa de 10.0% a 8.0%. Al cierre de noviembre, la tasa objetivo se ubicó en 7.25%. La Junta de Gobierno reconoce una debilidad económica mayor a la anticipada, con un balance de riesgos sesgado a la baja; además, pesa la incertidumbre comercial (aranceles y la revisión del T-MEC) lo que limita el margen para ajustes más agresivos.
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