Por Mohamed A. El-Erian - El Economista
Contrariamente a las expectativas de muchos analistas occidentales, el tránsito de una economía mundial unipolar a una multipolar no conducirá a un orden alternativo liderado por China, sino a una inestabilidad global. En medio de una fragmentación económica cada vez más profunda, los líderes deben prevenir un rápido descenso hacia el caos fortaleciendo la arquitectura multilateral existente
CAMBRIDGE. El año 2023 no ha sido bueno para el orden económico mundial capitaneado por Occidente. Sorprende que el motivo principal no sea la aparición de un orden alternativo liderado por China, como algunos habían anticipado, sino el estrés interno que impulsó dudas en el mundo sobre su eficacia y legitimidad
Es poco probable que surja un nuevo orden internacional en el corto plazo; en lugar de ello, a medida que más países deciden autoasegurarse creando alternativas al orden capitaneado por Occidente, la economía mundial corre el riesgo de una mayor fragmentación, que erosionaría el liderazgo estadounidense y aceleraría la transición sistémica hacia el desorden.
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