Por Olivia White y Jonathan Woetzel - El Economista
La globalización no está en retirada, a pesar de las afirmaciones en sentido contrario. Los flujos comerciales vinculados al conocimiento y la experiencia, incluidos los datos, la propiedad intelectual, los servicios y el talento, han reemplazado a los bienes manufacturados, los recursos y el capital como los principales impulsores de la interconexión, y las empresas de todos los tamaños deberían poder beneficiarse
SAN FRANCISCO – Las palabras “comercio internacional” todavía hacen pensar en enormes buques cargados con contenedores. Pero el mundo ya ha cambiado. El transporte transfronterizo de bienes físicos ya no es la única fuerza motora de la integración global, ni la principal. En vez de eso, estamos cada vez más conectados por flujos de bienes intangibles, servicios y talento. Desde las aplicaciones basadas en la nube que usan las empresas para administrar las relaciones con los clientes hasta la investigación que hizo posible el desarrollo de vacunas contra el covid‑19, lo que está uniendo al mundo es el conocimiento.
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