jueves, 30 de marzo de 2023

VIANGLY INFANTE, EL ROSTRO DEL INCENDIO EN CIUDAD JUÁREZ: “LOS HOMBRES ENCERRADOS GRITABAN Y DABAN PATADAS A LAS PAREDES”

  • La venezolana, de 31 años, puso cara a la tragedia, que ha dejado 39 fallecidos en un centro del Instituto Nacional de Migración de México, cuando se aferró a la ambulancia que se llevaba a su esposo intoxicado. El hombre es uno de los heridos

Viangly Infante, migrante venezolana, afuera de la ambulancia en la que estaba siendo atendido su esposo, el pasado 27 de marzo. Foto: OMAR ORNELAS/ EL PASO TIMES (AP) | Vídeo: EPV

Beatriz Guillén - Ciudad Juárez - El País

Con una coleta desecha y un forro polar rojo, una mujer desesperada se aferra a una ambulancia, la golpea con los puños, chilla, araña la ventana. Dentro está su esposo, uno de los heridos en el brutal incendio del lunes por la noche en un centro del Instituto Nacional de Migración (Inami) en Ciudad Juárez. Su foto salió al día siguiente en las portadas de los periódicos, en los noticieros de fuera y dentro de México: era el rostro de una tragedia. Al menos 39 hombres muertos y 27 heridos, la mayoría en estado grave, asfixiados dentro de una celda de detención de la que nadie los sacó a tiempo. Ahora, a unos metros de donde sucedió el fuego, Viangly Infante dice que esta no era la manera de hacerse famosa, que su marido está fuera de peligro y que ella ya respira mucho más tranquila, pero aun así pregunta lo que todos gritan: “Tenían la oportunidad de abrirles la reja y no lo hicieron, ¿por qué no lo hicieron?”.

Infante es de Venezuela, salió de La Guaira, en el norte del país, el 6 de octubre. Con 31 años se convirtió en una más de los siete millones de venezolanos que han dejado su país. Lo hizo acompañada de sus tres hijos —dos chicos de 12 y 13 años, y una niña de uno— y de su pareja, Eduard Caraballo, de 26 años, también venezolano. Juntos atravesaron la selva del Darién, en Colombia, y toda Centroamérica, hasta entrar el 1 de noviembre en Tapachula, el polo sur de la migración en México. El país no es fácil, pero lo cruzaron entero. Saltaron al lado estadounidense desde Piedras Negras, la localidad de Coahuila que se funde con Eagle Pass, en EE UU. De ahí los deportaron el 22 de diciembre bajo el polémico Título 42, una vieja directiva que fue resucitada por el Gobierno de Donald Trump para poder expulsar a México a los migrantes sin papeles, y que Joe Biden todavía no ha retirado. Con el mismo recorrido que miles a sus espaldas, la familia recaló en Ciudad Juárez, consiguieron trabajo, consiguieron permiso para residir y también una nueva cita, para ya de forma legal, regresar a EE UU. Hasta que en medio se interpuso el humo.

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