- La entidad rebotó un 6,4%, a pesar de las dudas sobre su exposición a inmobiliario
- Se calcula que la mitad de la cartera de real estate está en EEUU
Laura de la Quintana - elEconomista.es
La banca europea se ha encontrado de bruces con la catarsis propia de comienzo de los últimos años -el Covid en febrero de 2020 y en el invierno de 2021, la guerra de Ucrania en 2022 y este año lo que es por el momento un amago de crisis bancaria- y ha borrado en tres semanas de marzo el 21% que había ganado en los dos meses previos.
La caída y posterior compra de Credit Suisse por parte de UBS ha puesto en el disparadero una vez más a las mismas entidades sobre las que siempre recaen dudas: aquellas vinculadas a carteras de inversión y trading y expuestas a derivados financieros por su perfil alejado del cliente retail. Y este ha sido el caso de Deutsche Bank, que se desploma un 15% desde que el pasado 9 de marzo estallara la última de las crisis a raíz de la quiebra de Silicon Valley Bank en EEUU. La consecuencia de ello es que sus ratios de valoración se desploman junto al precio de sus acciones. Deutsche cotiza a una ratio sobre valor contable 0,30 veces, esto es un cuarto de valoración menos que hace tres semanas y es un 60% inferior a la media del sector bancario en Europa, en las 0,8 veces el valor de sus libros.
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