domingo, 26 de marzo de 2023

TURBULENCIA FINANCIERA

  • Como ya aprendimos con la crisis financiera global de 2008, no podemos confiarnos y hay que mantenerse siempre alertas frente a los enormes riesgos de un sistema financiero cada vez más grande e interconectado

Gerardo Esquivel - El País

 RUDALL30 (GETTY IMAGES/ISTOCKPHOTO)

 Un fantasma recorre el mundo: el fantasma de la inestabilidad financiera. En Estados Unidos acaban de quebrar tres bancos regionales de tamaño pequeño y mediano (Silvergate, Signature y Sillicon Valley). Otros bancos norteamericanos han atravesado por importantes episodios de volatilidad. En Suiza, las autoridades financieras forzaron la adquisición del legendario Credit Suisse por parte de su rival UBS. La venta forzada implicó, entre otras cosas, la evaporación total de 17 mil millones de dólares de tenedores de bonos de la compañía, lo que se reflejará en enormes pérdidas en otras instituciones financieras en diversas partes del mundo. En Alemania existe preocupación sobre la salud financiera de su banco más grande, el Deutsche Bank, un banco de importancia sistémica mundial, lo cual ha producido incertidumbre y volatilidad en los mercados financieros. Las reverberaciones de todos estos acontecimientos aún se perciben en los mercados y las autoridades financieras de distintos países han tratado de mandar mensajes de confianza en la salud y resiliencia de sus sistemas bancarios. Este viernes, la Secretaria del Tesoro convocó a una reunión intempestiva y a puerta cerrada del máximo órgano encargado de la supervisión de la estabilidad financiera en Estados Unidos (FSOC; por sus siglas en inglés), lo que prendió algunas alertas adicionales.

En este contexto, el Banco Central Europeo y la Reserva Federal decidieron continuar en marzo con el aumento de sus respectivas tasas de interés. El primero la aumentó en 50 puntos base, tal y como estaba previsto hasta antes de los primeros episodios de inestabilidad, mientras que la Fed aumentó su tasa en 25 puntos base (por debajo de lo que se anticipaba hasta antes del inicio de la inestabilidad financiera). Si bien no en todos los casos la inestabilidad bancaria está asociada a los ciclos alcistas de tasas de interés (el caso de Credit Suisse, por ejemplo, ha sido el de un deterioro constante y de problemas administrativos que ha durado ya varios años), tampoco podemos decir que sean eventos completamente aislados.

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