Por Ryan Goodman y Andrew Weissmann - The New York Times
Aunque pueda resultar tentador hacerlo, es un error valorar la investigación del fiscal del distrito de Manhattan sobre Donald Trump comparando su relativa gravedad con la de esos muchos otros delitos que presuntamente cometió el expresidente. No es así como los fiscales estatales y federales pensarán —o deberían pensar— sobre el asunto de presentar cargos contra Trump o, para el caso, contra cualquier otro acusado.
Los fiscales están capacitados para ponderar si se puede iniciar una causa. Con otras palabras: ¿existen pruebas más allá de toda duda razonable que respalden una condena? También estudian si se debe interponer una causa. Principalmente: ¿se trata de un delito que la fiscalía suele imputar en circunstancias parecidas? Dicho de otro modo: ¿es coherente la imputación con el Estado de derecho, que exige que se trate a todos por igual?
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