- En su declaración ante la Fiscalía, a la que EL PAÍS ha tenido acceso, Luis Gerardo S narra desde el hospital cómo militares le dispararon cuando pedía auxilio. Su relato coincide con el del otro sobreviviente
Elementos del Ejército mexicano después del tiroteo en Nuevo Laredo en el que murieron cinco jóvenes, el pasado 26 de febrero. STRINGER (REUTERS)
Pablo Ferri - México - El País
El cerco se cierra sobre el Ejército en el caso de la masacre de Nuevo Laredo. El segundo superviviente del ataque, Luis Gerardo S, declaró esta semana ante la Fiscalía General de la República (FGR) que soldados le dispararon hasta en dos ocasiones, cuando él, malherido, tirado en el piso, pedía ayuda. Su declaración, de la que EL PAÍS tiene copia, coincide prácticamente en todo con la del otro superviviente, Alejandro Pérez, que salió ileso. Los otros cinco jóvenes que viajaban con ellos murieron por los balazos de los militares.
El suceso ha generado indignación en México. A diferencia de otras ocasiones, las víctimas no dispararon primero. Tampoco después. Según el informe que firmó el oficial al mando del operativo militar, el capitán de caballería Elio N, los muchachos ni siquiera cargaban armas. Salían de una discoteca e iban de vuelta a sus casas. Los militares les siguieron y dispararon. Lo hicieron en más de 60 ocasiones. La Secretaría de la Defensa (Sedena) ha indicado que el “estruendo” que provocó el choque de los muchachos con un carro estacionado provocó que algunos soldados dispararan.
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