Ángel Amílcar Colón Quevedo sufrió todos los abusos padecidos por los
centroamericanos que cruzan México para llegar a Estados Unidos
Gloria Leticia Díaz
MÉXICO, DF (Apro).- "Las pesadillas no me dejan. Frecuentemente revivo
las escenas de cómo me torturaron. A veces despierto llorando, gritando
(...). Me han expuesto con una gran cantidad de drogas y de armas en los
periódicos; dicen que soy ladrón, asesino, narcotraficante. El Estado
mexicano me destruyó", acusa Ángel Amílcar Colón Quevedo, inmigrante
hondureño, desde el penal de alta seguridad de Tepic.
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